sábado, 22 de noviembre de 2014

Devís, J. y Peiró, C. (2011). Sobre el valor educativo de los contenidos de la educación Física. (35), 68-74.

En el ámbito de la educación física, la etapa de la Ilustración fue el comienzo de un proceso de profesionalización, donde se establecieron las bases educativas en este ámbito y que en la actualidad siguen persistiendo. Antes de la llegada de esta etapa, la educación física se basaba exclusivamente en el ejercicio físico, en el que se asignaban valores educativos enfocados a la función social. Por lo que se formaba a los alumnos con contenidos políticos, militares... en función de los intereses sociales de aquella época. A mediados del siglo XIX, surgieron algunos autores defendiendo la idea de los valores pedagógicos en el ámbito de la educación física, atendiendo a dimensiones como la intelectual y la afectiva. Intentaban inculcar un educación orientada al progreso educativo de los alumnos, una enseñanza que denominaron "educación de lo físico". Poco a poco, la educación física fue avanzando en un marco educativo moderno, donde se daba prioridad al conocimiento y la comprensión. De esta manera Peter Arnold (1991) propuso una nueva estructura conceptual para la educación física, basada en el valor intrínseco del conocimiento teórico y práctico, a partir de tres dimensiones interrelacionadas:
- La educación sobre el movimiento, basada en el campo de estudio o cuerpo teórico de la educación física orientada a una función educativa. Conocimientos como fisiología, biomecánica...
- La educación a través del movimiento, la cual tiene un valor instrumental, porque se relaciona con fines extrínsecos con los que el movimiento está indirectamente asociado, como vimos en la Ilustración.
- La educación en movimiento, muestra interés en la práctica ya que ayuda a los alumnos a conocerse y autorrealizarse. Basada en el "saber cómo" de cualquier actividad realizada.
Dicho esto, cabe destacar que, los valores educativos no son intrínsecos a los contenidos de la educación física como decía Arnold en la educación en movimiento, sino que al realizar una práctica debemos intentar inculcar algún valor educativo y no dejar que se adopten en un desarrollo espontáneo. Por ello, un deporte en sí no tiene la capacidad de transmitir esos valores de la vida cotidiana con facilidad, pero sí que los tiene las relaciones interpersonales de su práctica ya que es inevitable la interacción entre individuos y con el medio.
Así, los contenidos de la educación física deben establecerse en condiciones moralmente aceptables y con la finalidad de realizar bien nuestro trabajo, haciendo que los alumnos se sientan bien aprendiendo los conceptos básicos de este entorno y evitando cualquier perjuicio con su proceso de formación. Es entonces cuando los valores de la educación física están en el ámbito de la educación.

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